Buenos días:
Ya llevamos publicados muchos artículos sobre educación, dando orientaciones o puntos de vista sobre como entiendo yo la educación; la mejor manera de entender a los niños, a nuestros hijos, de orientarlos, de escucharlos, de ayudarlos a crecer en muchos aspectos, para conseguir de ellos que sean personas íntegras. Pero… ¿y de los padres? Dónde están los artículos dedicados a los padres. Ellos, nosotros, también necesitamos artículos específicos y exclusivos para nuestro” buen hacer” y mejor aún, para nuestro “buen ser”; ya que no podemos “obrar bien”, si no “estamos bien”.
Y es por eso que mi artículo de hoy va para los papis, para esos papis que están durante todo el año dedicando su tiempo, su esfuerzo, su trabajo para conseguir el bien de su hijo, para ayudarlo, para satisfacer sus necesidades, para educarlo y cuidarlo… Pero esta tarea, es poco agradecida, en ocasiones, a veces hasta incluso por los hijos; bien porque no se consiguen los resultados esperados, bien porque uno se siente saturado o cansado con todo lo que ha de abarcar, con todo lo que es su responsabilidad; bien porque hay distintos puntos de vista, distintos intereses… Educar no es fácil, amigos, porque en la tarea de educar entran varias personas y cuando hay más de una persona, hay discrepancias, hay diferencia de caracteres, hay intereses distintos, tanto entre los padres como entre los padres e hijos… Pero aún así hemos de ser y estar fuertes, porque somos nosotros, los padres, los que tenemos la responsabilidad y la obligación de hacerlo ya que son nuestros hijos.
Así que llegados a este punto y en las fechas estivales en las que estamos, próximas ya las vacaciones, no nos queda otra que recargar pilas, renovar energías, deshaciéndonos de las energías negativas y recargando todo el depósito de energía positiva; ya que en un espacio breve de tiempo, volveremos a retomar el curso, el año escolar, los trabajos, las rutinas, las obligaciones y tenemos que estar preparados para ello, no podemos empezar sin haber eliminado esa energía negativa, ese cansancio, ese desánimo. Así es que, papis… a cuidarse este verano, porque nosotros, los papis, también lo necesitamos.
Esto choca en ocasiones con la educación que hemos recibido. Es como que nos genera un sentimiento de culpabilidad (sobre todo a las mamis, por la educación misma que hemos recibido) cuando estamos dedicándonos tiempo para nosotros. Es como que tenemos la sensación, marcada a fuego, de que debemos de “sacrificarnos” por nuestros hijos. Pero hacer eso, amigos, no es querer más los hijos, no es cuidarlos más o estar más pendiente de ellos. ¡No!
Por tanto, los padres se deben cuidar a sí mismos por dos motivos importantísimos: por uno mismo, por nuestro propio bien y por el bien de los que está a nuestro alrededor, ya que si nosotros no estamos bien, difícilmente podremos obrar bien, ni hacer sentir bien a los nuestros.
Si nunca hay un hueco para nosotros, para disfrutar de aquello que nos gusta, leer, pasear, ir al cine, al teatro, pasar una tarde con nuestra pareja, con nuestros amigos, ir de comprar sin nuestros hijos… finalmente acabamos exhaustos, cansados, desanimados y ese desánimo se nota y trasciende en la forma en la que los tratamos o nos enfrentamos a nuestro día a día. Además estamos dando un mal ejemplo a nuestros hijos, ya que les estamos dando a entender que nosotros mismos, no nos importamos nada. Sin embargo, si nos cuidamos, nos encontraremos mejor, veremos el día a día desde otro prisma, eso repercutirá en la mejor resolución de conflictos y nuestros hijos, verán en nosotros mejor actitud y un modelo saludable de vida a seguir, tanto física como psíquica.
Así es que papis, pensad y retomad las cosas que os gustaba hacer y que hace tantísimo tiempo que no las practicáis. Tomaos vuestro tiempo para recapacitar sobre cómo ha cambiado vuestra vida, y mejorar aspectos que están perfectamente en vuestras manos para modificarlos. Y sobre todo, dejad aparte esos sentimientos de culpabilidad, y concienciaros que todo lo que hagáis por vuestro bienestar repercutirá en el beneficio de vuestros hijos.
¡Hasta pronto!
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