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22.05.2016

AMORES "ENCANDADOS"

Divagaciones Mias
AMORES

AMORES “ENCANDADOS”

No, no me he vuelto loca, ni me he equivocado al escribir la palabreja. Ya sé que está mal dicha, que no tiene ningún significado (bueno, luego os explicaré el significado que le he adjudicado yo). Aunque yo creo que igual la Real Academia Española debería plantearse el incluir el verbo “Encandar” dentro del diccionario. Visto lo visto, que ahora incluyen palabras que siempre han estado mal pronunciadas, pues ésta, “encandados”, del verbo “encandar”, tiene muchas posibilidades, y os explico el porqué.

Mirad, paseando el sábado por el espigón del puerto de Valencia, me detuve a ver una serie de candados que estaban… ¡eso! “encandados” a una barandilla. Hasta ahí normal, ¿verdad? Pero lo curioso es que esos “encandadomientos " responden a un sentimiento muy bonito, como es el AMOR.

¡Qué bonito! –pensé-. Mira, estas parejas se “encandan” a estas barandillas y tiran la llave al mar para que ese amor dure toda la vida… ¡Qué romántico!

Pero luego, pensé: ¡madre mía!, fíjate tú, que si por una de aquellas, (oye, quién sabe lo que te depara el futuro…) ese amor no ha sido para toda la vida, ahí estás “encandado” y sin poder desprenderte de esa fuerza, energía o ciencia infusa, para poder abrir tu corazón con total libertad a otra persona, a otro amor…

Uy, uy, uy… que peligro tiene eso de “encandarse”. Porque a ver, ¿qué haces?; ponerte a cantar “Dónde están las llaves, matarile rile rile… ", alquilar un equipo de buceo, y sumergirte en las profundas aguas con un detector de metales que te lleve a encontrar la llave que te de la libertad tan ansiada. Pero claro, habida cuenta de la cantidad de candados que había “encandados” en la barandilla, cualquiera da con la llave exacta…

¡Puf…! Me estoy agobiando de pensar en la opresión que se pueda llegar a experimentar, al sentirse “encandado” de esa forma. Pensad en esas parejas que hayan roto, pero su amor, aquel que un día fue su gran amor, siga ahí, “encandado”. ¡Madre de Dios! ¡Quita, quita!

En fin, queridos amigos, creo que mejor no “encandarse” a nada, por mucha novela sublime que practicase esta romántica acción; que luego las energías que purulan por el universo, - ya lo decía el libro del “Secreto”- nos envuelven, y no hay manera de desprenderse de ellas.

Yo creo que el amor, el verdadero amor, no necesita de candados que afiancen esa emoción; todo lo contrario. Hay que dejar volar y dejar expansionar ese sentimiento tan profundo en la persona que se ha elegido para tal fin; y que  el único lazo que los una, sea la demostración día a día, de que es ella, la persona con la que se quiere pasar el resto de la vida. ¡Sin más!

 

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