El aumento de la delincuencia juvenil, pero también infantil, está alcanzando cifras alarmantes. Urge tomar medidas al respecto, pero sobre todo, apremia y es de especial relevancia, que tomemos conciencia de esta situación y que recapacitemos sobre la educación y el ejemplo que se les está dando a los niños desde bien pequeños.
Convendría que cada cual y en la medida que es responsable de esa educación, hiciese un examen de conciencia para analizar en dónde está fallando y cómo puede rectificar, por el bien de los pequeños, de los jóvenes, pero también, por el bien de la sociedad en general.
Todos tenemos el deber y la obligación de construir la mejor sociedad del presente y también del futuro.
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