Buenos días:
Hoy vamos a hablar sobre el llanto del bebé, ya que es un tema que agobia mucho a los padres, sobre todo a los recién estrenados, ya que los niños, no vienen con un manual de instrucciones bajo el brazo y los padres, por mucho que se hayan ilustrado sobre el bebé y su mundo, cuando llegan estas llantinas de su retoño, no saben cómo interpretarlas, en muchas ocasiones.
Hay que diferenciar dos periodos importantes dentro del mundo del bebé y su llanto: un primer período que será de 0 a 3-4 meses en el cual, el bebé llorará por algún que otro motivo, pero no hay aquí una intencionalidad, podríamos decir, o una interacción social. A partir de esos 3-4 meses, aparece ya esa interacción social, que permite al niño llorar de una forma u otra para reclamar algo.
- En esos 3-4 primeros meses de vida, el niño llorará porque tiene hambre, porque le duele algo, porque sus pañales están sucios, porque siente angustia o ansiedad... diferenciaremos un llanto u otro, más que nada, por el timbre o tono del mismo. Así pues, si ese timbre es agudo, irritable, será síntoma de que el niño tenga hambre, sus pañales estén sucios… Si el llanto del bebé es desesperado, persistente, doliente, seguramente el bebé tenga algún que otro malestar físico o dolor. Y si los llantos van acompañados de muecas llevándose las manitas a los ojos, es significativo de que el niño tiene sueño. Si el niño llorase llevándose las manitas a la boca indicaría que tiene ansiedad; una ansiedad que puede estar provocada por el cambio que ha experimentado. Pensad que ellos también están adaptándose a esta nueva situación ya que han pasado de estar muy cobijaditos dentro de su mamá, a un lugar nuevo y totalmente distinto al que estaban acostumbrados, y evidentemente también se han de adaptar a él; como a la vez, ese gesto del niño que llora y se lleva el puño a la boca, succionándolo esta vez, puede indicar que el niño tiene hambre.
Es ahí cuando se tendría que valorar cuánto hace de la toma anterior y cuánto ha tomado (si es biberón, se puede saber con exactitud, si ha sido, pecho, no tanto, evidentemente), y a partir de ahí, se intentará calmar y tranquilizar al bebé, adelantando si se cree conveniente algo la siguiente toma, o simplemente calmándolo.
En este período, y pese a lo que se pueda decir que se malcría al bebé si se le coge en brazos, se ha de calmar el llanto del mismo, porque eso contribuirá a que se sienta seguro, a salvo, y esa seguridad contribuirá a que él desarrolle posteriormente sus propia forma de comunicarse con los demás, que no será a través del llanto; precisamente por eso, porque es un bebé seguro.
- A partir de esos 3-4 primeros meses de vida, la situación ya cambia un poco. Empieza a existir en el niño, una intencionalidad, una forma de querer obtener algo a través de ese llanto. Así pues, y a excepción que se observe que es un llanto, como he dicho anteriormente, persistente y desgarrado, de dolor; o bien de hambre con un timbre de llanto agudo e irritante, y valoremos cómo y cuánto ha sido la toma anterior, deberemos pensar y analizar con tranquilidad ese llanto del bebé y no cogerlo inmediatamente en brazos, ya que, como digo, la interacción del niño ha empezado y con ella una intencionalidad. A la vez, si el niño, un poquito mayor, llora porque está frustrado por algún motivo, debemos dejar que llore un poco, ya que él sólo ha de aprender a desarrollar sus propios recursos para solucionar esa frustración; de forma que si se acude a calmar su llanto, no se está dejando al niño que desarrolle esa capacidad.
También tendremos en esta etapa, especial cuidado en no calmar el llanto del bebé cuando éste está ansioso o angustiado, dándole pecho, porque se le está favoreciendo una conducta que posteriormente será muy perjudicial para él, ya que asociará la alimentación con la calma de su ansiedad, pudiendo provocar verdadero trastornos alimenticios.
Espero que os haya podido ayudar un poco, a saber diferenciar el llanto de vuestro bebé.
Hasta pronto.
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