Buenas tardes:
En muchas ocasiones, los padres dicen de sus hijos: “…es que le falta empuje” o “Mi hijo es muy retraído…” o “…es muy inseguro”. También desde las aulas, observamos una gran diferencia entre unos niños y otros. Por un lado, está el típico niño resolutivo, que levanta siempre la mano para responder a alguna cuestión que se plantea a nivel general; así como el que tiene un don de gentes y muchísima facilidad para integrarse en el grupo e incluso dirigirlo. Y por otro lado, está otro tipo de niño, retraído, que sabe pero no contesta, ni se atreve a levantar la mano; que espera a ser invitado a participar en la actividad, o en los juegos. Nunca es el que da el primer paso en nada.
Desde la clase, los maestros intentamos potenciar su autoestima, dándoles atribuciones, cargos, valorando sus logros, etc. También los padres, que en muchas ocasiones se desesperan ante tal actitud, pueden potenciar esa autoestima; pueden ayudar a su hijo a que vaya adquiriendo esa seguridad en sí mismo, que le ayudará a sentirse mejor, a no tener temor, ni miedo a equivocare, ni por supuesto sensación de vergüenza o ridículo.
Es muy importante que los niños adquieran una visión positiva de sí mismos, adquieran confianza en lo que ellos mismos son capaces de realizar, independientemente de sus aciertos o errores. Debemos enseñarles, que en esa capacidad de tomar decisiones, cabe la posibilidad de equivocarse, pero que en esa equivocación, también va la sabiduría, el aprendizaje y eso le irá curtiendo y formando, más si cabe, para adquirir esa seguridad en sí mismo que le haga dar pasos firmes.
Así pues, queridos padres, tened en cuenta algunas pautas a la hora de potenciar la autoestima en vuestros hijos:
- Valora a tu hijo, y reconócele cualquier logro que haga. Un simple gesto, una frase motivadora, bastará.
- Habla con tu hijo y escúchale cuando tenga un problema o inquietud. Pero tómate tu tiempo, que él note que le estás escuchando -no oyendo, que es diferente-, que estás atendiendo a lo que te está contando.
- No le quites importancia a sus cometarios, o inquietudes, diciéndole. “Anda, no hagas caso, eso son tonterías…”. Compréndele, ponte en su lugar, dile que entiendes cómo se debe sentir, y anímale a encontrar una solución.
- Establece normas, así como límites. Debe saber lo que se espera de él, así como lo que no se le va a permitir.
- Dale atribuciones dentro de la casa, de la familia. Debe tener responsabilidades y reconócele el mérito de haberlas cumplido correctamente. Ve añadiéndole más atribuciones, conforme vaya creciendo.
- Motiva y anima a tu hijo para que tome él mismo la iniciativa de algo. No importa si se equivoca. Si sucede esto, se le explica que es normal. Que a los mayores, también nos ocurre cuando tomamos decisiones, pero eso nos ayuda a saber más.
- No lo compares nunca con nadie. No intentes incitar a tu hijo a que haga algo, diciéndole: “Mira tu amigo, o tu hermano como hace esto o aquello ¿y tú, qué?”.
- Háblale desde el cariño, el respeto, la comprensión y la empatía. No le recrimines que es tímido, que es un indeciso o que se tiene que espabilar… Fomenta la confianza en tu hijo desde la positividad.
- No creáis que por apuntar a vuestro hijo a múltiples actividades extraescolares, se va a soltar más. Le irá bien relacionarse con los niños, pero eso no le soluciona el problema. Es algo que se le ha de trabajar desde su interior, y vosotros, los papis, sois la mejor actividad para que vuestro hijo consiga esa seguridad, esa confianza en sí mismo que le falta.
- Aún así, no olvidéis que todos tenemos una carga genética, un carácter que nos diferencia del resto de las personas. No todos somos iguales. Hay personas más tímidas, otras más extrovertidas. Unas más lanzadas, otras más reposadas… Es lo que hay. La cuestión está, en que seamos como seamos, nos sintamos a gusto con nosotros mismos, y no tengamos temor, reparo o indecisión a la hora de gestionar cualquier aspecto de nuestras vidas.
Bien, amigos, espero haberos orientado un poquito para que potenciéis en vuestro hijo su autoestima.
Hasta pronto.
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