Si queremos que nuestros hijos se conviertan en adultos resolutivos, capaces de desenvolverse tanto en el ámbito personal, familiar, laboral, social…, de una forma efectiva, tendremos que trabajarles, dese bien pequeños, el pensamiento crítico; que no es otra cosa que enseñarles a: razonar, pensar de forma lógica, analizar situaciones, emitir pequeños juicios de valor…
Sólo de este modo conseguiremos personas adultas con criterio propio, evitando así que sean fácilmente influenciables y manipulables
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