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21.12.2015

¿CÓMO SON TAN DIFERENTES SI SON HERMANOS Y LOS HE EDUCADO IGUAL?

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¿CÓMO SON TAN DIFERENTES SI SON HERMANOS Y LOS HE EDUCADO IGUAL?

Buenas noches:

¿No os habéis preguntado alguna que otra vez, cómo son tan diferentes vuestros hijos, si los habéis educado igual?

¿No os da la sensación de que tengáis los hijos que tengáis, con cada uno utilizáis un tipo de registro, una actitud diferente?

Con uno, tienes que andar con mucho tiento a la hora de decirle o hacerle alguna observación, no sea caso que -como en las noticias- puedas herirle la sensibilidad del espectador. Con otro, eres más enérgico y contundente, porque de lo contrario te toma por el pito de un sereno. A uno, le has de sacar la información con sacacorchos, y a otro le tienes que decir:” ¿y si abrevias y vas al grano? Uno, si pudiera, te pediría hasta el aire que respiras y otro, le tienes que ir achuchando para saber si necesita o tiene ilusión por algo…

¡Dios mío!, si son del mismo padre y de la misma madre, y los hemos educado igual ¿por qué son tan diferentes?

Veamos: cierto es que son del mismo padre y de la misma madre (salvo error u omisión); pero hay muchos factores que hacen de cada uno de ellos, seres completamente diferentes y que por lo tanto, se tienen que tener muy en cuenta esas particularidades a la hora de tratarlos, de hablarles, de educarles y de reforzarles aquellos aspectos en los que cada uno resaltará porque cada cual tiene su carácter y su personalidad

El carácter de nuestros hijos viene determinado, por una parte, de forma innata, en sus genes, y por otra parte está condicionado por la educación que va recibiendo. Así pues, podemos ver a hermanos gemelos, totalmente diferentes, uno muy tranquilo y otro muy inquieto; uno introvertido, otro extrovertido...Es algo innato.

Pero luego, hay otro tipo de factores que van condicionando y modelando ese carácter, esa personalidad. Conforme van creciendo e interrelacionándose con los demás, y según su forma de ser, potenciará una forma u otra de vivir y experimentar en ese mundo que les rodea.

Además de todo ello, los padres cuando dicen que educan igual, no están de todo en lo cierto, porque aunque sea verdad que se tengan una serie de valores, pautas, normas y límites establecidos a través de los cuales se ejerza la labor educativa con los hijos, también es cierto que las circunstancias en las que uno se encuentra a lo largo de la vida, la edad en que se tiene a cada hijo, el lugar que ocupa cada uno de los retoños, la afinidad o el parecido de cada uno de los hijos con sus progenitores… todo ello nos va condicionando también a la hora de educar a los hijos.

Lo que hay que tener muy en cuenta, es que cada uno es diferente del otro y los padres deben respetar y potenciar esas diferencias, sin que las mismas, sean motivo para emitir juicios de valor o comparativas entre hermanos. No se debe homogeneizar la relación que tenemos con ellos. Los padres queremos a los hijos por igual, pero no les debemos tratar por igual, porque no estaríamos respetando esas diferencias que los caracterizan y los hacen únicos; no estaríamos respetando la personalidad de cada uno de ellos.

Hasta pronto.

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