Desde que los alumnos empiezan a los cuatro años con el proceso de lectoescritura, se les va enseñando pasito a pasito y según su edad, todas y cada una de las reglas ortográficas. Es un aprendizaje que se hace como los buenos guisos: sin prisas, a fuego lento y con mucho cariño...
Conviene que hagamos mucho hincapié en ello porque tengamos en cuenta que, un relato, una buena redacción, una descripción o una simple anotación, es la mejor carta de presentación que podemos dar, y dice tanto de nosotros…
Y esto, no lo olvidemos, se empieza desde pequeños…
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