Es bueno que demos un repaso a los tres estilos educativos diferentes que hay; tres estilos que tienen los padres de ejercer su labor educativa con los hijos. Debemos analizarnos, ver en cuál estamos y valorar, así como tomar las medidas necesarias para pasar al estilo más conveniente de ejercer la educación con los hijos.
Veamos cuáles son los tres estilos educativos de padres que hay:
PADRES AUTORITARIOS
Estos padres educan a base de imponer las normas. Ellos apenas tienen diálogo con sus hijos. Dicen e imponen lo que hay que hacer, sin más, sin dar otra opción ni otro criterio que no sea el suyo. Su autoridad es tal, que puede llegar incluso a la agresión con los hijos, los cuales, pueden vivir atemorizados y cumplir las normas, sí, pero bajo un alto grado de miedo, temor a sufrir un castigo, o una gran reprimenda por parte de sus padres.
Entre padres e hijos hay muy poca comunicación, ni afecto. Se les exige tanto, se les marca tanto el camino a seguir, que no se les da pie a los hijos a que experimente por ellos mismos, a que vayan adquiriendo por sí solos autonomía.
Con este tipo de educación, se consigue niños, temerosos, niños inseguros, indecisos, con baja autoestima, ya que son incapaces de hacer algo que no se les haya sido impuesto con autoridad, o que se les haya indicado hace. Temen hacer alguna cosa por ellos mismos, bien porque no tienen la suficiente autonomía ni decisión, bien por temor a la reacción primero de los padres, y en un fututo porque temen las reacciones o las opiniones de los demás. Se habrán convertido en niños totalmente inseguros, con poca determinación, ni resolución.
PADRES PERMISIVOS
Estos padres ofrecen un estilo totalmente diferente de educación a sus hijos. Normalmente, este estilo educativo, viene como rebote del estilo autoritario que comentábamos anteriormente. Hijos que han sido criados en un estilo totalmente autoritario, ahora, que ellos han crecido y son son padres, no quieren ejercer la autoridad que ellos han sufrido, y se van al estilo totalmente opuesto de educación, ofreciendo a sus hijos un “dejar hacer” todo lo que quiera. No ofrecen normas, ni límites, tratan a sus hijos de tú a tú, no hay una jerarquía padres-hijos, le hablan al niño de todo como de igual a igual, le dejan experimentar para que sea el niño el que decida, etc, etc.
Este estilo de padres, sí que son afectuosos, pero no ofrecen ningún tipo de control sobre el hijo, o es mínimo.
Con este tipo educativo de padres, se consiguen niños, déspotas, pequeños dictadores que siempre quieren salirse con la suya; niños que van a tener dificultades a la hora de relacionarse con sus iguales, porque ellos siempre van a querer llevar la razón, y ser ellos los que se salgan con las suyas. Se hacen niños poco responsables, carentes de normas y límites, porque no los han tenido nunca. Además, nunca se responsabilizan de sus cosas, ni de sus errores, transmitiendo siempre la responsabilidad o la culpa a los demás. No tienen autocontrol porque están acostumbrados a hacer lo que quieren y cuando quieren, y cuando de mayor, topan con algún obstáculo, con algo que no pueden conseguir, viene el dilema, porque no están acostumbrados a una frustración; no saben cómo gestionarla.
PADRES DEMOCRÁTICOS
Este estilo de padres sí que ejerce autoridad en su hijo pero de forma cariñosa, con amor, y muy importante con diálogo, con consenso. Es decir hay aquí, una flexibilidad.
En una situación de conflicto, ésta se resuelve con el diálogo, y llegando a acuerdos a soluciones óptimas para las dos partes.
El padre democrático aporta cariño a su hijo, lo protege, pero no le sobreprotege, sino que le va indicando qué debe hacer, cómo lo debe hacer, y lo va dejando que sea el niño el que poco a poco, y según sus capacidades vaya resolviendo él solito las tareas que se l presentan.
Los padres piden al niño que asuma responsabilidades, previa explicación de lo que se espera de él.
Si surgen dificultades, como digo, éstas no se solucionan con un puñetazo en la mesa, como en el estilo educativo autoritario, ni con un dejar hacer lo que el niño quiera como en el estilo permisivo; sino que se dialoga y se llegan a acuerdos consensados.
Los niños criados en este estilo educativo, son niños responsables, resolutivos, seguros de sí mismos, tolerantes, con buena autoestima y capacidad de empatía, de ponerse en el lugar del otro.
Un ejemplo práctico de cómo resolver un conflicto según cada uno de los estilos:
Niño que está jugando en el parque. Papás que quieren irse a casa. El niño no quiere y llora.
Padre autoritario: Gritaría al niño, lo cogería fuertemente por el brazo, o zarandearía y enérgicamente se lo llevaría de allí. Cabría la posibilidad incluso, que le diera algún que otro manotazo con tal de que le obedezca. Habría agresividad en esta forma de resolver el conflicto.
Padres permisivo: El padre le diría de ir a casa. El niño que no quiere. El padre que sí. El niño lloriquea, berrincha un poco y el padre accede a quedarse en el parque hasta que el niño quiera.
Padre democrático: El padre dice de irse a casa, el niño dice que quiere quedarse más, y el padre le dice hablando calmadamente a su hijo de irse, porque ya es la hora, además en casa van a hacer muchas cosas juntos. Tienen que preparar la cena, recoger la ropa, y antes de acostarse, van a leer un cuento, en la cama los dos muy acurrucados. Vamos, que hay muchas cosas para hacer. Se propone una alternativa atrayente para el niño y para el padre.
Otro ejemplo: “el niño no quiere comerse la comida”
Padre autoritario: Se le obliga con agresividad a que se la coma.
Padre permisivo: No se la come y le hace otra cosa.
Padre democrático: dialogan, llegando a acuerdos “venga tienes que probarla, si no te la comes toda hoy, cómete la mitad y el próximo día, un poco más. Verás como cada vez, te va gustando más esta comida…” Luego se le puede premiar con alguna carita contenta o con un postre especial que al niño le guste mucho, por el esfuerzo realizado.
0 comentarios