Por si estáis haciendo planes para salir a comer a un restaurante con vuestros hijos, aquí tenéis una pequeña guía para que la leáis, o la lean ellos, si ya son algo mayorcitos; y luego les hacéis preguntas para ver si han entendido la lectura y a la vez, han asimilado las normas que ahí figuran.
Son unas sencillas normas de comportamiento cuando se va a un restaurante. Los padres, debemos inculcar a los hijos, desde bien pequeños, unas reglas básicas de buenos modales en la mesa, en casa, por supuesto y sobre todo, cuando se sale a comer fuera de casa.
Espero que os gusten y os sirvan.
Este domingo con mis papis,
a un buen restaurante me voy a comer.
Celebramos un acontecimiento importante,
y muy guapo y perfumado me voy a poner.
Me han dado algunas pautas, que no debo olvidar,
porque siempre los buenos modales, se han de respetar.
Que en estos sitios hay mucha gente que me pueden mirar,
e imagen de niño educado, debo mostrar.
Cuando entre en el restaurante, no debo ir de acá para allá.
Al lado de mis padres dicen que debo estar,
y esperar a que el camarero venga, hasta nuestro lugar,
a indicarnos la mesa que debemos ocupar.
Mientras esté comiendo, no me debo mover,
levantándome de la silla y por el restaurante correr,
que un niño poco educado voy a parecer,
y con mi actitud, al restaurante, voy a desmerecer.
Por muy gracioso y simpático que sea,
a la mesa de al lado no me debo dirigir.
Ellos, por educación, me dirán cositas,
pero mis papás, esta actitud, me deben corregir.
Cuando el camarero me sirva el plato, las gracias le he de dar.
Con una sonrisa en la boca y a los ojos le he de mirar.
y si he de pedirle algo, siempre, con un “por favor”,
que es de ser niños educados y se queda mucho mejor.
Mientras esté masticando, la boca cerrada debo mantener.
Ya hablaré lo que quiera, cuando acabe de tragar.
Y los codos en la mesa, nunca debo poner.
A lo sumo, los antebrazos puedo apoyar.
Mientras esté comiendo y quiera beber,
tragaré lo de la boca y con la servilleta me limpiaré bien.
No vayan a quedar cercos en la copa de cristal,
y en vez de cristal de bohemia, parezca una obra de Mariscal.
Al terminar de beber, de nuevo me he de limpiar,
que los labios siempre limpios y secos deben estar.
De los cubiertos también me han hablado,
diciéndome que utilizarlos debo, con sumo cuidado.
Mientras esté comiendo entre el plato y la mesa los debo apoyar,
procurando que el mantel, nunca llegue a ensuciar.
Cuando acabe con ellos, juntos deben quedar,
a un lado y dentro del plato, para que me lo puedan retirar.
Y esperaré bien sentado a que me traigan el siguiente plato,
Que seguro que será el postre y me voy a poner “morado”.
Con estas reglas básicas de buena educación,
seguro que a mis papis y a mí, nos dan una felicitación.
Porque no hay nada más entrañable que ver,
a una familia disfrutar,
en una buena mesa, una buena comida,
y una buena forma de dialogar.
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