Es evidente que vivimos en la era de las nuevas tecnologías, y que no podemos dar la espalda a esta realidad, ya que con ellas tenemos una gran puerta abierta a la comunicación, a la información, a la educación, etc.
Pero tamvién es cierto que un uso incontrolado y desmesurado de ellas puede acarrear muchos perjuicios, empezando por los niños bien pequeños, pasando por chavales, jóvenes y también a los adultos.
Debemos pararnos a pensar en todo ello y gestionar de forma correcta su uso, tanto en los peques de la casa como los más mayores.
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