Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies.

18.12.2015

MI HIJO NO COME

Artículos
MI HIJO NO COME

Buenos días:

Hoy vamos a hablar de esos niños que son inapetentes, que no comen apenas nada, y claro esto provoca nerviosismo y ansiedad en los padres, sobre todo en las mamis, ya que piensan que su hijo va a enfermar, no va a estar lo suficientemente fuerte, no crecerá lo debido, tendrá alguna carencia… En fin, mil cosas que nos pasan por la cabeza.

Primero de todo, habrá que analizar y observar muy bien toda esta situación. Digo esto porque muchas madres, dicen que su hijo no come apenas nada, pero posiblemente se está midiendo con unos parámetros que no son los adecuados. Puede ser que se le presente al niño un plato de comida enorme, y claro, el estómago del niño no está hecho para tal cantidad, y si la madre ve que no rebaña el plato, es como que no come nada. ¡Y tampoco es eso!

Así pues, sería conveniente que durante unos cuatro o cinco días, los padres, anotaran todo lo que come su hijo, para poder hacer una valoración más exhaustiva de lo que en verdad ingiere, y no sea una simple percepción no correspondida con la realidad.

Si al niño se le presenta un plato (adecuado para su edad) y no se lo acaba todo, no pasa nada. No se le obliga a más, porque el niño ya ha comido, aunque no todo, pero ha comido parte de su contenido. Ahora bien, queridos padres, si a la hora y media, o a las dos horas, el niño tiene hambre y pide algo para comer, no se le dará al niño ningún otro alimento, porque se le haya abierto el apetito entonces. ¡No!. Se le explicará al niño que tenía que haber comido un poco más, para que no le entre hambre al poco de haber comido. Se han de respetar los tiempos entre comidas, ya que no es bueno comer entre ellas, porque de esa forma, llegará al poco rato, la hora de la siguiente comida y el niño volverá a repetir la misma conducta, que no es otra que la de no comer todo el plato, porque en verdad, no tiene el suficiente apetito y así entramos en la pescadilla que se muerde la cola.

Ni que decir tiene que tampoco se le va a preparar ninguna otra comida rápida, como alternativa a esa comida que se ha hecho para toda la familia, pero al niño no le gusta. ¡Nada!. Se hace una comida para todos. No hay comida a la carta.

Tampoco es bueno que el niño coma con la televisión encendida, o con cualquier otro aparato que lo haga distraerse de lo que en verdad tiene que estar haciendo, que no es otra cosa que experimentar los sabores, los aromas, las texturas de los alimentos y tener consciencia de lo que come. Está claro que cuando a un niño se le presenta un sabor o textura o alimento nuevo, puede rechazarlo al principio, pero no por ello, ya no se le presenta más. Poco a poco, se ha de ir acostumbrando a él, sin imposiciones tajantes, pero sí, presentarle el alimento de diferentes formas o guisado diferente… Lo importante es que vaya familiarizándose con él.

Para hacer más atrayente la comida a estos niños que presentan dificultades a la hora de comer, una opción muy buena, es hacerles partícipes de la propia compra o elaboración de esa comida. Así pues, podemos hacer una excursión al super o al mercado, junto con nuestros hijos, para elegir alimentos concretos, para después en casa, elaborar juntos una receta de cocina con ellos. Podemos jugar con los colores, las formas atrayentes, de manera que a nuestro hijo le resulte divertido y motivador todo el proceso, como por supuesto, finalmente comerse aquel plato que él ha preparado desde el principio. Ya sé que, en muchas ocasiones, el tiempo nos impide hacer todo este proceso, pero debéis recordar, que todo ello es educación, hasta enseñar a comer correctamente y de todo, a nuestro hijos, de manera que también ahí, debemos invertir nuestro tiempo y esfuerzo, por el bien de ellos.

Por último, comentaros, que en ocasiones, esos rechazos en los alimentos, pueden ser síntomas de llamadas de atención hacia los padres. Bien, porque el niño esté pasando por una época de celos, o algún cambio o situación importante en su vida, o bien, porque el niño lleva demasiados cambios en su rutina diaria debido al trabajo de los padres, etc. En definitiva, que también esos aspectos, habría que analizarlos porque podrían ser los que originan en vuestro hijo, esa inapetencia.

Espero haberos podido orientar un poco sobre este tema. Lo que quiero trasladaros, es que hay que analizar muy bien todos estos factores antes de afirmar y alarmaros porque vuestro hijo no come.

En el caso de que hayáis analizado todos estos factores debidamente, y hayáis seguido estas pautas, pero aún así, observáis que vuestro hijo está débil, no tiene energía, no rinde en sus tareas, no gana el peso ni los centímetros adecuados para su edad, entonces sí deberéis acudir a su pediatra para que valore más a fondo esta situación.

Hasta pronto amigos.

0 comentarios

Para poder comentar debes estar registrado y haber iniciado sesión.