Es cierto que los niños, y más en los primeros años de su vida, son muy moviditos y no paran ni un minuto quietos. Pero también es cierto que hay actitudes y comportamientos en los peques que van más allá de lo que es normal dentro de esa energía infantil.
Desde las aulas y desde la observación diaria, podemos detectar precozmente alguna alteración en el comportamiento del pequeño y en su evolución. Una actuación adecuada desde el colegio, la familia y el especialista puede hacer que ese niño supere esas dificultades de la mejor forma posible.
0 comentarios