Hola amigos:
Las vacaciones de los niños están aporreando la puerta y para muchos de vosotros, padres que trabajáis, es un verdadero quebradero de cabeza; ya que teníais muy bien organizados y cuadrados tanto los horarios y rutinas de vuestros hijos, como vuestros horarios laborales.
Pero es una realidad y una necesidad; llega finales de junio y el niño acaba el colegio. Y digo necesidad porque ellos también necesitan de un período de descanso; han estado durante todo el curso escolar cumpliendo a rajatabla unos horarios escolares; han asistido durante dos o tres días a la semana a actividades extraescolares; han hecho deberes y en niños más mayores, ya han tenido que establecer unos hábitos de estudio para poder superar exámenes y materias. En fin, amigos, que ya lo tienen bien, ¡ya! Se lo han ganado. Es mucho el esfuerzo dedicado a lo largo del año y sus cuerpos y mentes necesitan desconectar y descansar.
Bien, y como decía, para muchos de vosotros, este período, hasta que tengáis vuestras vacaciones y podáis estar con ellos, resulta complejo porque no sabéis muy bien qué hacer con el niño, dónde ubicarlo. Os surgirá la disyuntiva de ubicarlo con los abuelos, de matricularlo en un cole de verano o en niños más mayores, llevarlo a clases de repaso o refuerzo si sus resultados académicos no han sido lo suficientemente satisfactorios o no queréis que durante este período estival, pierda lo aprendido a lo largo del curso.
Es imprescindible que organicéis con antelación este período y recapacitéis la mejor opción para vuestro hijo. Pensad que las vacaciones no deben ser sinónimo de descontrol; sino que los padres deben respetar que sus hijos mantengan un horario -si bien no tan estricto como en la época escolar- en horas de sueño, comidas, actividades. No podéis dejar al libre albedrío este período vacacional de vuestro hijo. Es necesario que los niños mantengan y respeten, también en esta época, unos hábitos, pautas y rutinas. No se puede descuidar este período.
Mi consejo es que organicéis las vacaciones de vuestros hijos de forma que realicen actividades lúdicas, recreativas y divertidas de manera que realicen actividades totalmente diferentes a las del curso escolar. No es bueno, a no ser que el niño lo necesite -como he dicho- sobrecargar con más actividades relacionadas con las que han estado trabajando a lo largo del curso. Debéis propiciarle actividades más creativas, más dinámicas, de manera que estimulen y desarrollen su potencial más imaginativo, ingenioso; siempre, evidentemente, teniendo en cuenta los gustos y las aficiones del niño. Es un excelente período para que vuestro hijo desarrolle esas capacidades y habilidades que tiene y que en ocasiones, debido a la vorágine del período escolar, no tiene tiempo suficiente para realizar.
Así pues pensad qué capacidades, habilidades y destrezas tiene vuestro hijo y escoged dentro de un amplio abanico de posibilidades como pueden ser: talleres de teatro, de manualidades, cerámica, pintura; cursos de vela, danza, talleres musicales… En fin, múltiples actividades con las que podéis favorecer el desarrollo integral de vuestro hijo. ¿Quién sabe, igual descubrís un pequeño talento?
Y por último, cuando lleguen vuestras vacaciones, debéis también tener previstas las mismas, debéis realizar actividades juntos y compartir al máximo este período con vuestro hijo, de manera que os sirva para comunicaros y reforzar los lazos familiares.
¡A disfrutar amigos!
Hasta pronto.
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