Corren tiempos difíciles para la educación. Las nuevas tecnologías, el ritmo frenético en el que estamos sumidos, el poco tiempo que queda para estar en familia, disfrutar y hablar con los hijos… Todo ello, unido a otros muchos factores, está llevando a que crezcan y se acentúen cada vez más problemas con nuestros pequeños y nuestros jóvenes.
Está en nuestra mano, poner algo de freno y sentido común a esta situación.
0 comentarios