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30.09.2017

ALUMNOS MANIPULADOS POR PADRES Y MAESTROS

Divagaciones Mias
ALUMNOS MANIPULADOS POR PADRES Y MAESTROS

ALUMNOS MANIPULADOS POR PADRES Y PROFESORES
Quien me conoce personalmente o quien me siga por estos lares, sabe que no soy persona que haga apología política ni que me decante por ningún partido o personaje político en concreto. Sólo utilizo este medio para hablar sobre temas relacionados con mi profesión, la educación, o para subir escritos sobre divagaciones mías: mis vivencias, mis anhelos, mi sentir o mis comeduras de coco…

En lo que se refiere a la política, detesto aquellos apelativos de ubicación espacial o matices cromáticos para encasillar la forma de pensar o proceder de los partidos y/o personas que se dedican a ella. Creo en las personas, así, sin más; sobre todo en las buenas personas, en las que son sensatas, honradas, coherentes y con valores.

Como maestra que soy, intento desempeñar mi labor educativa de la mejor forma posible que sé y puedo -que no es poco-, basándome en unos valores en los que fui educada desde la familia, y siempre, bajo el respeto que me merece la institución educativa, en particular y en general, de la que formo parte; pero nunca utilizando el “poder” o “la influencia” que pueda tener dentro de la misma, para fines políticos, para hacer manifiestos, ni reivindicaciones ideológicas, sentires o creencias, que nada tienen que ver con la misión para la que me formé, que no es otra que la de ofrecer a los alumnos una serie de objetivos conceptuales, procedimentales y actitudinales con los que ir mostrándoles el mundo que les rodea, potenciar sus capacidades, habilidades y dotarlos de las herramientas necesarias para vivir en sociedad y con sus iguales.

Y hago todo este alegato a la vista de todo lo que está aconteciendo en estos días con el tema más candente en nuestro país, que no es otro que la independencia de Cataluña. Simplemente al escribir estas dos palabras ya me dan grima y me chirrían, porque no casa en forma alguna con lo que yo defiendo: respeto, vivir en sociedad, unidad, trabajar en equipo, igualdad, honradez, lealtad…. Se mire por donde se mire, no hay explicación coherente y sensata a tal situación.

Pero la gota que ha colmado el vaso y que ha hecho que yo saltara mi muro de contención, mi prudencia y mi comedimiento, ha sido la postura adoptada por cierta parte del sector al que yo pertenezco -padres, maestros, profesores y centros educativos- los cuales, están utilizando, manipulando y alienando a sus hijos y a sus alumnos a través de un medio que no está hecho para este fin.

La misión de un maestro o profesor no es la de hacer valer su ideología política en las aulas; ni mucho menos alentar, provocar, invitar, ni movilizar a sus alumnos para que apoyen unas ideas que van en contra de toda ley y que pretenden romper con la unidad de un país. La misión de un docente no es influir demagógicamente en esas mentes tan jóvenes, inexpertas y carentes todavía de madurez suficiente para llegar a entender las verdaderas consecuencias de un acto de tal magnitud. La misión de un maestro no es la de engañar e incitar a sus alumnos a saltarse las normas, ni las leyes bajo un burdo plan estratégico, disfrazado de actividades lúdicas, quedadas de familias, ni fiesta del pijama en el colegio, con el único fin de burlar a las autoridades y a la ley.

Si estos profesionales de la enseñanza tienen aquí alguna misión, ésta, no es otra que la de explicar a sus alumnos, si la edad y la ocasión lo requiere, y de forma totalmente objetiva lo que está ocurriendo en Cataluña.

Con respecto a los padres, a ese sector de padres que también utilizan y exponen a sus hijos en estos  centros escolares para salirse con la suya, saltarse las leyes como aquel que no quiere, de forma pacífica -según ellos- (pero saltadas están) y para imponer una ideología totalmente egocéntrica y prepotente, yo les cuestionaría el por qué no emplean el mismo tiempo y las mismas energías para estar con sus hijos cuando verdaderamente deben estar, para dedicarse a ellos como deberían, y para acudir a los centros educativos a realizar talleres de padres o actividades verdaderamente relacionadas con la educación de sus retoños. Me pregunto cuál será la respuesta que den a sus hijos cuando éstos les pregunten: ¿por qué venimos un sábado al cole, mami? ¿Por qué hay tanto policía en el colegio, papá? ¿Por qué nos vigilan? ¿Por qué revisan todas las aulas? ¿Por qué nos dicen que debemos irnos? ¿Pasa algo malo, papis?

¿Cuál será su respuesta a estos niños que lo preguntan todo? ¿Qué argumentaciones les darán cuando les pregunten si “esto se puede hacer…”? ¿Serán sinceros esos padres? ¿Serán objetivos? ¿O quizás ya les están inculcando a sus pequeños, con bailes, música y bocadillo de sobaquillo incluído, que las leyes se pueden infringir y que lo nuestro es nuestro y lo de España es de todos? Porque de verdad quieren ser totalmente independientes o quieren la legítima como el hijo pródigo.

Luego decimos que la educación está fatal, que los niños no acatan las normas, no obedecen, son unos egocéntricos, solo miran por su interés, no son nada empáticos y no saben solucionar los conflictos a través del diálogo, etc, etc. Digo yo que: ¿a quién se parecerán?


En fin, llegados a este punto, sólo deseo y espero que el día de mañana no tengamos que lamentar las consecuencias de una actitud irresponsable, altiva y prepotente de una pequeña parte de la sociedad catalana.

 

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